La pasada semana el pastor José Juan Sánchez
anunciaba el cierre inmediato del servicio de comedor del Hogar el Buen
Samaritano en Cartagena (Murcia), ante la imposibilidad de hacer
frente a varias deudas. Unas 300 personas iban a quedarse sin recibir el
alimento diario que les proporcionaban en este centro.
Desde el Buen Samaritano explicaron a esta redacción
que con la ayuda que ha entrado estos últimos días, tras la llamada de
auxilio, han podido seguir dando el servicio de comedor. “Entró algo
de ayuda estos días, una ayuda que nos ha servido para poder seguir
adelante esta semana. Sin embargo, aún no es suficiente y por lo tanto
seguimos en el alambre, esperando que pueda llegar más ayuda para
afrontar la deuda”.
La deuda de la ONG llega a una cantidad de 70.000
euros, que el director de la asociación, el pastor José Juan Sánchez, no
puede afrontar. La pasada semana expresaba su dolor al anunciar que, de
no remediarse el asunto económico, “en los próximos días tendremos que
cerrar por las deudas y por la falta de solidaridad”.
Supliendo necesidades
Las historias de aquellos que acuden a diario al
comedor hablan de un servicio que para unas 300 personas se había
vuelto indispensable. Por ejemplo, Francisca Gómez, una ama de casa, de
unos 50 años, que vive con su hija y sus nietas, va al Buen Samaritano a
por sustento desde hace meses, porque con el sueldo de su hija solo le
da para pagar el alquiler de la casa y los recibos de agua y luz.
Otro caso es el de Cristóbal Fernández, un joven
desempleado que depende del comedor social, porque desde que perdió su
empleo, hace dos años, no tiene casi ni para comer. En la misma
situación está Manuel Kukuato, un ganés que desde hace dos años se
acerca todos los día a la ONG a comer.
La historia de estos tres necesitados en la misma
que la del resto de personas que acuden a diario al salón del Buen
Samaritano. La mayoría de ellos depende exclusivamente de lo que los
voluntarios de esta ONG les dan, todo de forma gratuita: tanto el
alimento como la ropa y el calzado.
La Comunidad Autónoma, según Juan José Sánchez, les
debe aún una subvención que les aprobó en 2010 de 20.000 euros. El
Ayuntamiento ha sido quien, de momento, más les ha ayudado. “Fuimos a
comunicar al concejal de Atención Social, Antonio Calderón, que teníamos
que cerrar y nos dijo que el Consistorio no tenía dinero, pero que a
pesar de ello nos daría 5.000 euros. Algo es algo”, dijo el presidente
de la obra social.
Cierre de ONG El Buen Samaritano
Juan José Sánchez, fundador y máximo responsable del
comedor social El Buen Samaritano (Cartagena, Murcia), aún no se cree
que la labor que lleva haciendo desde hace catorce años en Cartagena
toque a su fin.
Según sus cálculos, necesitarían mil abonados que
destinaran como mínimo al mes unos 10 euros. Solo con esa cantidad y lo
que reciben de las administraciones y entes públicos - cada vez menos-,
podrían continuar su labor solidaria.
Para mantener el comedor, el hogar de acogida y
todos sus proyectos se gastan al año cerca de 160.000 euros, un dinero
que procede de diferentes fuentes. Ahora intentan hacer un esfuerzo por
conseguir más socios que se puedan aportar una cuota mensual.
Una historia de sacrificio
El Buen Samaritano nació como un sueño en el corazón
de Juan José Sánchez, fundador de la ONG y actual director de la misma.
Todo comenzó en un pequeño local “que yo mismo arreglé”, cuenta en una
entrevista en La Verdad de Murcia. Al principio colaboraban su mujer y
algunos voluntarios sensibles ante la necesidad de muchas personas que
rebuscaban su comida entre la basura.
Tras varios años de trabajo y más de un traslado, el
comedor y la residencia se han ampliado hasta tener el notable alcance
actual. La ONG depende de las ayudas de las administraciones, de
empresas, de instituciones privadas, de donativos y del trabajo de los
voluntarios. “Yo aún no me creo que vaya a cerrar.
Estoy convencido de
que Dios mandará a alguna empresa o institución caritativa que nos
ayude. No quiero pensar en el cierre”, afirma Sánchez.